A lo largo del tiempo he utilizado varias armas para
Cominazzo. Supongo que al principio, y por
desconocimiento, opté por armas de bajo precio, y
también rendimiento, pensando que podría conseguir todo
con ellas. Primer error, sin que ello signifique nada
rotundo. Para competir al más alto nivel, se precisa de
armas comparables a las de tus adversarios.
La primera pistola con la que comencé fue una producida
por Ardesa, de bajo precio y solo apta para el tiro de
entretenimiento sin más pretensiones.
La cambié pronto por un modelo de Pedersoli de bajo
precio, la Charles Moore. Es la pistola que usé en mis
inicios, y conseguí sacarle cierto partido, pero con las
reparaciones y mejoras podría haber adquirido una
pistola de calidad. Era una pistola muy básica a la que
tuve que hacerle muchos retoques, principalmente en el
barniz y cuadrillado de la empuñadura, que tuve que
encargar que quitaran y se rehicieran.
La llave acorde con su bajo precio, necesita de mejoras
importantes para hacerla funcionar con
cierta fiabilidad. El
rastrillo es necesario calzarlo o fabricarlo de nuevo
con acero forjado, y el
muelle hay que buscar uno más
eficaz, y que se adapte
a los nuevos requerimientos
deportivos. Tal como viene de origen es
imposible obtener la regularidad necesaria que se
precisa para competir, además resulta exigente
en demasía
con
las piedras, su orientación y estado del filo.
A continuación de esta cambié durante una temporada al
modelo Lepage del mismo fabricante. No conseguí
adaptarme, principalmente por su brusco comportamiento.
La
considero una pistola de calidad y funcionamiento
en condiciones que otra ni siquiera dispararía. Tiene
una llave correcta y sensibilizador de disparo de
calidad. Pero bajo mi punto de vista, la forma o
curvatura de la culata trasmite todo el retroceso hacia
el codo del tirador, algo a lo que siempre he tenido
prevención por las lesiones.
Sin embargo algunos
tiradores de renombre internacional la emplean sin
problema alguno.
La siguiente en la lista fue un modelo Manton fabricada
en Austria. Era una pistola de alto precio que me
cedieron, sin embargo la llave nunca encendió
correctamente, por lo que no obtuve ningún resultado
alentador y fue devuelta antes de acabar la temporada.
La última de la lista, y la definitiva, es otra Manton.
En este caso el modelo producido por el fabricante
español
ARSA. Con esta pistola he conseguido los mejores
resultados y éxitos deportivos. Es de entre todas la más
regular. Tal como vino de origen ya me impresionó su
comportamiento uniforme, que en definitiva es lo que
buscamos en un arma de competición, que no sea exigente en
exceso con el tipo de piedra, ángulos de ataque etc.
Tiene unos resortes muy potentes que le permiten
terminar las competiciones con piedras que otras
pistolas rechazarían.
También he
tenido una bella Harding London original de
calibre .54. Pistola inglesa fiable y precisa, pero no
me veo compitiendo en original, así que se la pasé a un
compañero coleccionista.
A estas alturas resulta obvio que mi pistola favorita es
la
Manton de Arsa. Y es que hemos viajado juntos por
todo el mundo, y nunca me ha defraudado, su
comportamiento ha sido siempre el correcto, y los
posibles fracasos siempre han sido achacables al
tirador, es decir, a mí mismo. Como anécdota, contaros
que en el viaje de regreso del mundial de Australia
2008, llegó a la intervención de armas del aeropuerto de
Madrid con un fortísimo golpe y la empuñadura partida en
dos, se mantenía unida por la guarda baja. Me disgusté
mucho al principio,
pero son cosas que ocurren en los viajes transoceánicos.
Afortunadamente mi amigo Jesús Mari Araquistain, el
padre de la pistola, la recompuso con tal maestría que
hoy en día cuesta ver por donde estuvo partida.
El modelo de pistola Manton que empleo no lleva ningún
tipo de recámara sofisticada, como algunos modelos de la
época.
Es un arma no demasiado grande, de calibre 45 y cañón
pesado que facilita el control del disparo.
El propio oído cumple la función “booster” en su
cámara interna, y la recámara propiamente dicha es un
estrechamiento del ánima en la zona del culatín o
tornillo de cierre del cañón.
La llave se comporta de forma eficiente con la mayoría
de piedras, pero en especial con las de sílex y no es
demasiado exigente en cuanto a la colocación de la
misma.
Cuando las condiciones de encendido son las correctas,
el disparo es casi instantáneo, y serán las condiciones
técnicas del tirador las que determinen el resultado.
Personalmente estoy muy satisfecho de mí pistola, tanto
el metal como la madera están muy ajados por tantísimos
disparos y viajes alrededor del mundo. Pero sigue
totalmente operativa y no la cambio por ninguna otra, a
pesar de que tengo otra pistola
Manton de Arsa totalmente nueva.
Me siento muy identificado y cómodo con ella en la mano.
Después de lo comentado hasta el momento, queda claro
que el arma idónea será la que permita un disparo “pronto”,
así como disponer de un disparador bien ajustado, una
culata que nos facilite el agarre y un cañón de ánima
lisa bien pulido
para que acumule pocos residuos. El oído o canal de fuego nunca debe
tener un diámetro inferior a 1,5 m/m, pero al autor
considera que
tampoco
debe ser mayor
de 1,7
m/m.
Esto
último solo es una opinión personal, y entre los
tiradores más destacados
existe una
gran disparidad
de criterio a este respecto.