José Ramón Galán Talens

17 de mayo de 2018 

En el mundo antiguo la práctica de cualquier deporte y entre ellos el tiro, no era más que una especie de preparación para el combate. Los avances de la sociedad moderna nos permiten practicarlos con fines puramente lúdicos que conocemos como deporte.

 

Algunos datos históricos

Las armas de fuego individuales fueron tan determinantes en las batallas medievales, que la caballería pesada tuvo que reconvertirse tras el fracaso que supuso la batalla de Pavía en 1525. La mayor parte de la nobleza francesa, e incluso su rey Francisco I, cayeron abatidos por los arcabuceros españoles.

A partir de ese momento y con la aparición de la llave de pedernal, mas fácil de producir y eficiente que las de mecanismo de rueda y mecha, fue posible la fabricación de pistolas de arzón con una mayor capacidad de fuego, al ser más sencilla su carga y disparo. Este hecho unido a la movilidad de las brigadas ligeras montadas, permitió dar rápidos golpes de mano a las formaciones estáticas de infantería, rehuyendo en todo caso a los arcabuceros, que serán en definitiva sus mayores enemigos, dado el mayor alcance y precisión de estos respecto de las pistolas.

La llave de pedernal significó un gran avance armamentístico que perdurará más de 300 años, desde finales del XVI hasta mediado el XIX. Fueron aplicados en armas cortas, largas y piezas de artillería, especialmente naval.

Aunque entre los siglos XIV y XV ya aparecen algunos cañones de mano, precursores de la pistola, no será hasta el XVI cuando se empiezan a fabricar las pistolas casi como las conocemos actualmente. No como arma corta individual, sino como arma de ataque para la caballería, que hasta ese momento solo había recibido las descargas de las compañías de arcabuceros, aguantándolas sin poder hacer nada por rechazarlas.

Estas pistolas se denominaron “de arzón” por ser donde se colgaban, en el arzón de la montura, y se fabricaban por parejas (una para cada lado del arzón) para dar una mayor potencia de fuego al caballero. 

A pesar de la poquísima precisión de este tipo de armas, fueron bastante efectivas en el campo de batalla, debido fundamentalmente a lo cerrado de las formaciones defensivas contra las cargas de caballería, y que estaban compuestas principalmente por piqueros. No obstante este tipo de pistolas con llave de rueda resultaban extremadamente caras y muy frágiles en campaña, por lo que su uso fue marginal hasta la aparición de la llave de chispa (finales del siglo XVI, principio del XVII), muy fiable y asequible respecto de las de rueda.

 

Ver publicación Museo Arqueológico, "La Pistola, una nueva táctica de defensa". Gaspar Aranda.

Ver publicación de la universidad Complutense de Madrid "La llave de española". José Borja.

Ver publicación "Historia de las armas a través de la colección del Museo del Ejército". José Borja.

Ver "Catálogo de armas" publicado por la Junta de Andalucía.

 

Capitán Tercios de Flandes. Orden Cruz de Malta ¿?. Esgrime una primitiva pistola de chispa. Datado aproximadamente en torno a 1655. Cuadro anónimo de propiedad privada.

 

 

Primitiva llave española, también conocida como "llave de patilla".

 

 

 

El autor con D. José Borja, uno de los máximos impulsores del Tiro Deportivo con armas Históricas de Avancarga en nuestro país y cofundador del MLAIC. 

 

Manton de ARSA y Lepage, dos conceptos distintos de pistola de competición MLAIC.

 

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