José Ramón Galán Talens

Parte primera

Parte segunda Parte tercera Parte cuarta

Cuando se compite al mas alto nivel, no se puede descuidar un componente tan importante como es la envuelta del proyectil. De su calidad depende en gran manera la regularidad y precisión de los disparos.

Cuarta y última parte

Tamaño y espesor

El diámetro del calepino deberá ser tal que permita abrazar perfectamente el proyectil con holgura, ya que si es de tamaño muy ajustado podría separarse del mismo durante el disparo (interior del ánima) con las consecuencias nefastas para la precisión que conlleva. Además de ser mucho más difícil centrar el proyectil en el mismo y una ligera desviación hará que quede envuelto de forma asimétrica y tal vez incorrecta.

En los tratados antiguos se puede leer que los cazadores americanos disponían un trozo de fina piel engrasada sobre la boca del cañón, introducían el proyectil y cuando estaba a ras del cañón, cortaban con un cuchillo la tela o piel sobrante. Este calepino fabricado “in situ” era ideal y envolvía perfectamente centrado el proyectil.

Respecto del grosor de estos, deberá ser tal que cuando envuelva el proyectil, ajuste perfectamente en las estrías o ánima del cañón. Es importante que entre algo ajustado para que pueda transmitir correctamente el efecto giroscópico al proyectil (en las armas rayadas). En algunos escritos he leído que la trama de la tela debería quedar marcada en los lados del proyectil, pero esto solo ocurre con telas con una trama gruesa o separada, mientras que otras con el mismo espesor pero una trama mas tupida, no dejaran esa huella pero son tanto o más efectivas.

La resistencia del tejido será tal, que aguante la fricción generada en su desplazamiento a través del cañón durante el disparo, sin romperse, ya que si esto llegara a ocurrir, el proyectil tomará un efecto giroscópico defectuoso, y por lo tanto, también la precisión lo será. De esto debemos concluir, que los calepinos que tienen que aguantar más altas velocidades, como los rifles de chispa y mecha, también deben ser los más resistentes, mientras que los que emplearemos en las pistolas de duelo, podrán serlo menos. La resistencia del calepino, vendrá dada por el tipo de tejido, de la densidad de la trama y por último del espesor del mismo.

 

Izq.- Podemos fabricar nuestros propios calepinos de forma sencilla. Para ello debemos emplear tela de algodón nueva (puede ser de sábana) bien planchada.
Der.- Los calepinos comerciales son una buena opción, y generalmente de buena calidad. Puede ser la mejor opción si efectuamos pocos disparos.

 

Cómo fabricar nuestros calepinos

Como ya he comentado anteriormente, en la actualidad es posible comprar estos ya precortados de manera industrial. Pero si por cualquier motivo nos los queremos fabricar nosotros mismos, tenemos varias opciones en función de que necesitemos muchas o pocas unidades. Si van a ser pocas unidades, podemos optar por recortarlos con tijeras en forma redonda o cuadrada, pues carece de importancia funcional.

Pero si por el contrario precisamos muchos porque nuestro consumo es alto, es mejor hacerlo con un sacabocados. Para ello dispondremos de lo siguiente: sacabocados del diámetro requerido, tela del espesor que precisemos (planchada y plegada) y una base sobre la que golpear, preferentemente de plomo. La tela deberemos plegarla cuantas más veces mejor, de esta forma cuando procedamos con el sacabocados obtendremos un mayor número de calepinos en cada acción.

 

El diámetro del calepino o envuelta para cada arma es diferente en función del diámetro del proyectil (calibre):

Para armas de calibre .38 (9,6 m/m) precisaremos de un calepino entre 22 y 24 m/m.

Para armas de calibre .40 (10,1 m/m) precisaremos de un calepino de entre 24 y 29 m/m.

Para armas de calibre .45 (11,4 m/m) precisaremos de un calepino de entre 26 y 30 m/m.

Para armas de calibre .50 (12,7 m/m) precisaremos de un calepino de entre 30 y 35 m/m.

Para armas de calibre .54 (13,7 m/m) precisaremos de un calepino de entre 35 y 40 m/m.

Para armas de calibre .58 (14,7 m/m) precisaremos de un calepino de entre 40 y 45 m/m.

Para armas de calibre .69 (17,5 m/m) precisaremos de un calepino de entre 45 y 60 m/m.

Personalmente, y en lo que al diámetro de refiere, los prefiero grandes antes que pequeños, pues facilitan la carga al no precisar de tanto rigor en el centrado, pues sobra trapo.  

 

Respecto del espesor de la tela, ya he comentado anteriormente que deberemos ser nosotros mismos quienes la determinemos, con el fin de adaptar el proyectil al ánima del cañón, pero como norma básica o recomendable, tomaremos los ejemplos siguientes:

Para armas de calibre .38 precisaremos de una tela de entre 0,20 y 0,25 m/m de espesor.

Para armas de calibre .40 precisaremos de una tela de entre 0,20 y 0,30 m/m de espesor.

Para armas de calibre .45 precisaremos de una tela de entre 0,25 y 0,30 m/m de espesor.

Para armas de calibre .50 precisaremos de una tela de entre 0,25 y 0,30 m/m de espesor.

Para armas de calibre .54 precisaremos de una tela de entre 0,30 y 0,40 m/m de espesor.

Para armas de calibre .58 precisaremos de una tela de entre 0,35 y 0,45 m/m de espesor.

Para armas de calibre .69 precisaremos de una tela de entre 0,40 y 0,60 m/m de espesor.

 

 

 

Epílogo

Con este breve análisis sobre la envuelta del proyectil o calepino, espero haber aclarado algunas de las dudas más comunes entre los aficcionados al Tiro Deportivo con Armas Históricas. Al menos, mi punto de vista puede serviros de referencia para futuros ensayos, y como no, de futuros éxitos en esta especialidad deportiva que tan fieles adeptos aglutina.

Hasta pronto amigos.

José Ramón Galán

 

 

Izq.- "Sacabocados" de diferentes diámetros para fabricar nuestros calepinos.
Der.- Proyectil recuperado en el que se aprecia la trama de la envuelta, signo de que cumplió con su cometido de transmitir el efecto giroscópico de las estrías sin "resbalar".

 

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