José Ramón Galán Talens

17 de mayo de 2018 

En el mundo antiguo la práctica de cualquier deporte y entre ellos el tiro, no era más que una especie de preparación para el combate. Los avances de la sociedad moderna nos permiten practicarlos con fines puramente lúdicos que conocemos como deporte.

Las piedras

Sílex, jaspe y ágata, son las piedras comúnmente empleadas en este tipo de llaves, básicamente son cuarzos, un sílice con una dureza aproximada de 7 en la escala de Mohs. Entre ellas existen apreciables diferencias, tanto en colores como en la composición y densidad, debido principalmente a su origen, sedimentario, metamórfico e ígneo, como a las impurezas, que pueden llegar al 20%. Todo ello puede “ablandar” la piedra, de forma que el filo se desgastará en lugar fragmentarse en pequeños cristales manteniendo siempre un filo cortante, que es lo deseable para el buen funcionamiento de la llave. Este efecto se aprecia muy bien en las piedras de jaspe, no tanto en la de sílex, un sílice en general más uniforme.

 

Actualmente se obtienen piedras de sílex para tiro con el mismo procedimiento que antaño, es decir por fragmentación a partir de un nódulo de origen sedimentario del que se arrancan lascas alargadas que posteriormente son cortadas a medida.

Actualmente son dos los artesanos que suministran a la mayoría de tiradores, Tom Fuller con su famoso sílex inglés de color oscuro, casi negro, y Jean Dutrieux que emplea un sílex francés de color caramelo. Sin duda las piedras del inglés son las más famosas y difundidas mundialmente, mientras que las del francés quedan circunscritas al mercado local y ocasionalmente europeo. Aunque se busca una cierta homogeneidad, no existen dos piezas iguales, más bien todo lo contrario y la irregularidad es la norma.

 

También contamos con otros tipos de sílice, el jaspe y la ágata. Estas piedras son cortadas de forma industrial. Es la alternativa moderna al pedernal y como todo, tiene sus defensores y detractores. Cuentan con la ventaja de tener siempre las mismas dimensiones, por lo que su instalación es más simple, y además son útiles por ambos lados. Entre los contras, podríamos destacar la irregular dureza que presentan y su mal comportamiento con los rastrillos de menor dureza, ya que tienden a "clavarse" y los destrozan en pocos golpes.

 

Somos muchos los tiradores y aficionados que hemos intentado librarnos de la dependencia de tener que comprar las piedras, especialmente porque en muchos casos tenemos que adaptarlas, generalmente acortándolas, a la medida que requiere nuestra pistola. La mayoría lo hemos descartado por varios motivos, y supongo que la falta de habilidad y la escasa disponibilidad de materia prima adecuada pueden ser las principales causas.

Sin embargo si hay algunos aficionados que son capaces de tallar ellos mismos sus piedras, y no solo eso, sino que consiguen buenos resultados. Algunos emplean el método tradicional de extraer lascas y romperlas después al tamaño adecuado, mientras que otros las tallan o recortan empleando máquinas herramientas. Escribo con conocimiento de causa, pues tengo amigos muy capaces que se las cortan a partir de sílice blanco y marrón de origen español, el mismo que durante siglos ha venido empleándose en los trillos. Por supuesto me suministran algunas y las suelo emplear con excelentes resultados, al menos similares a los de cualquier otro sílex de corte irregular.

 

La duración de una piedra depende de la instalación inicial y de ella misma. Mientras que algunas pueden aguantar 50 o más golpes, otras fallan en los primeros intentos. Los buenos pedernales instalados en llaves de calidad suelen auto-afilarse, desprendiéndose de partículas cristalinas en cada golpe. No obstante, y al mismo tiempo, el borde del filo va subiendo, por lo que es probable que la zona de incidencia de las chispas sea diferente entre el principio y final de la sesión de tiro, siendo conveniente comprobarlo tras varios disparos. En otras ocasiones el borde se pone romo y es necesario y sencillo “afilarlo” dándole un pequeño golpe, de arriba abajo, con un objeto metálico que abarque todo el filo. Este procedimiento fue descrito por D. José Borja, pionero del tiro deportivo con armas de avancarga. “Pepe, recientemente fallecido,  fue uno de los máximos impulsores del Tiro Deportivo con armas Históricas de Avancarga en nuestro país, y sin duda alguna el maestro que a través de sus publicaciones nos ayudó a entender el mundo de la pólvora negra, y con ello me refiero a los de mi generación.
 

 

¿Cuáles son las mejores piedras para Cominazzo?

Supongo que es la pregunta que viene a la mente de cualquier aficionado, yo también me la hago constantemente. Personalmente he utilizado los cuatro tipos predominantes, el sílex negro inglés, el de color caramelo francés, el jaspe y las piedras de ágata. También en los últimos tiempos sílice español blanco fabricado artesanalmente por un amigo para uso personal.

Con todas ellas he conseguido buenos y malos resultados. Me gusta el corte del sílex negro y su comportamiento. Sin embargo en competiciones internacionales siempre acabo utilizando jaspe, que pruebo hasta que consigo que pase bien, ya que tiende a "clavarse".

Para los entrenamientos y competiciones menores, cualquier sílex cumple perfectamente y daña menos el rastrillo. La piedras industriales someten al rastrillo a un fuerte estrés mecánico.

 

¿Pero entonces cuál es la más aconsejable?

A un aficionado que se inicia aconsejaría que comience con el sílex que le sea más fácil de conseguir. Solo cuando considere que le gusta la modalidad lo suficiente como para embarcarse en la aventura de competir en Cominazzo, entonces si debe probar con todas las piedras, tanto los modelos de sílex como las de corte industrial, ágata y jaspe.

 

¿Cuando debo sustituir la piedra?

Depende de si hablamos de competición o de un simple entrenamiento.

En competición a la mínima duda, un retardo o bien un disparo perfectamente ejecutado que impacta fuera de la zona esperada pueden ser la señal para el cambio.

En el tiro informal o entrenamiento se hace durar más la piedra, ya que no tenemos ningún requerimiento especial.

 

 


Nódulo de sílex del que se extraen las piedras para tiro y otro tipo de utensilios.

 

 


Mediante pequeños insertos de cuero podemos corregir el ángulo de incidencia de la piedra sobre la cara del rastrillo.

 

 


Llave de la Manton ARSA montando una piedra de sílex apuntando a la zona medio-alta, la ideal bajo el punto de vista del autor. Lleva instalado un rastrillo nuevo sin calzar.


 

 


Afilador de sílex de fabricación artesanal. Cualquier tirador puede fabricarse el suyo, pues no entraña dificultad alguna. Con la piedra montada en la llave se le da un pequeño golpe a la boca a fin de que se desprenda la parte embotada.

 


Afilando la piedra de sílex cuando apreciamos que la boca está desgastada o no tiene filo.

 

 


Campeonato del Mundo 2002 Lucca-Italia. Jean Dutrieux hizo demostraciones de talla de sílex y al mismo tiempo nos instalaba sus piedras en nuestras armas.

 

 


Piedras de sílex de origen español cortadas de forma artesanal. En el centro una herramienta con borde de diamante para retocar las piedras.

 


Diferentes tipos de piedras para Cominazzo. Sílex inglés de Tom Fuller, Ágata, Jaspe y zapatas de cuero y plomo.

 

 

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