Fulminantes
La cápsula fulminante almacena una sustancia
explosiva que se activa por percusión. Este es el elemento
que genera la energía térmica para la ignición de la carga y
al que en ocasiones no se le da la importancia que merece.
La calidad del mismo no solo viene dada por
la marca, también por las condiciones de almacenaje y
manipulación que pueden alterar su rendimiento de forma
importante.
El componente químico que forma la carga
explosiva es sensible a los cambios bruscos de temperatura,
como también a la humedad y a los aceites para armas,
especialmente estos últimos, cuyos disolventes pueden dañar
la laca protectora, y con ello neutralizar o modificar su capacidad de
iniciar el disparo con la prontitud que debiera.
El nombre proviene de la primera sustancia
que se usó en su producción, el fulminato de mercurio.
Este material, al igual que el clorato potásico, aditivo
frecuente, es tremendamente corrosivo para los metales, por
lo que actualmente no se emplean en los pistones comerciales
de calidad para tiro deportivo.
He utilizado la palabra pistón por ser
sinónimo de fulminante, y por ser la palabra que empleamos
con mayor frecuencia en España para referirnos a este
iniciador. Percussion cap en inglés, amorce en
francés o zuündhüetchen en alemán.
La potencia de la llave y calidad de la
percusión es otro de los factores a tener en cuenta. El
martillo debe incidir de forma centrada y totalmente
perpendicular sobre el yunque, que es la propia chimenea y
entre ellos la cápsula fulminante. Ello conseguirá una
ignición de la carga “fulminante” en su acepción
exacta, es decir, rápida, instantánea. Cualquier defecto en
la cápsula, o una débil percusión, provocará retardos,
perceptibles o no, que serán consecuencia de disparos
inexactos.
Personalmente empleo los RWS que conocemos
popularmente como de cuatro alas, Nº 1081, y
considero que son de la máxima calidad y muy eficientes. Son
los más empleados entre los practicantes del tiro deportivo
de competición, y los únicos que se facilitan en los
campeonatos internacionales.
Como consideración final, la advertencia de
ser cautos a la hora de escoger los pistones y decantarnos
siempre por marcas de reconocido prestigio, pues son las
únicas que nos garantizan componentes estables y no
corrosivos. Que en nuestro país tengan un precio
desproporcionadamente alto, en comparación con el de otros
de nuestro entorno, obedece únicamente a la
inexistente competencia en la importación de este tipo de
materiales.
El fulminante debe poder asentarse en la chimenea de forma
sencilla y no debe requerir fuerza alguna. En caso de que la
cabeza de la chimenea esté sensiblemente deformada, el
pistón no entrará lo suficiente como para que el compuesto
descanse sobre el tope o yunque de la misma. Esto tiene
consecuencias, si no en la fase inicial porque la llave es
potente, si cuando una parte importante de la energía del
martillo sea necesaria para empujar el pistón antes de que
el compuesto apoye sobre la chimenea y se inicie. En general
lo percibimos como retardos o simplemente como un disparo
fallido. Se caracterizan porque al segundo intento suelen
funcionar.
En competición no podemos permitirnos este tipo de fallos
fácilmente subsanables. El fulminante debe entrar hasta el
fondo, y debemos poderlo extraer con la mano sin necesidad
de fuerza excesiva. Esta simple prueba nos garantiza que
toda la energía del martillo se destinara a iniciar el
fulminante de forma prácticamente instantánea y sin
retardos.
Aun así la misma cápsula lleva unos cortes laterales para
facilitar la ignición en caso de que el compuesto no llegara
a descansar el la cabeza de la chimenea. Esto conllevaría un
pequeño retardo, perceptible o no, pero indeseable en el
tiro deportivo.
Cuando la cabeza de la chimenea está deformada, hay que retocarla limando la reborde
o saliente. En general solo ocurre en las de baja calidad.
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